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Gabriel Scott, desconocido en Argentina Príncipe en Corea

Soy el maestro Gabriel Cova VIII Dan de la Federación Internacional de Taekwon-do actualmente me desempeño como Entrenador de la Selección Argentina, en el año 1987 me radique en la localidad de Ameghino provincia de Buenos Aires con el fin de promover la disciplina en la región, al poco tiempo de comenzar la actividad llego a mi escuela de Taekwon-do, que por ese entonces funcionaba en un club, un adolescente acompañado de su madre que decía que quería saber Taekwon-do, para ese entonces en las localidades del interior la palabra Taekwon-do no era conocida lo más común era que a todo le dijeran Karate; a simple vista podía observarse que se trataba de alguien diferente, la mano con la que me saludo apenas podía abrirse, uno de sus pies apoyaba totalmente de costado lo que le dificultaba su desplazamiento luego de que me contara su entusiasmo por aprender taekwondo seguí mi charla con su madre, ella me contó cuales habían sido sus complicaciones que como consecuencia de una hemiplejia limitaron su lado izquierdo y afectaron también su maduración intelectual. Si bien sabía que se trataba de un gran desafío, yo había llegado recientemente a la localidad a difundir la disciplina y tenía 17 años, acorde que se sumara al grupo y comenzara su práctica no sin enterarme también que además Gabriel Scott no era de esta localidad vivía en Bunge a unos 100 km de Ameghino ciudad donde yo daba clase y que además por ese entonces parte del camino era de tierra y que cada día de practica Gabriel iba a recorrer a dedo.
Ni bien comenzó a practicar inmediatamente se adapto al grupo sin ningún tipo de inconvenientes Gabriel es una persona de un carisma simpatía y bondad poco común y rápidamente mostró su espíritu de superación su abnegación al trabajo y a pesar de sus limitaciones del lado izquierdo una fuerza terrible con su brazo y pierna derecha.
Así fue practicando cambiando de cintos y participando de competencias, vale aclarar que en esa época todavía no había competencias de deportistas con capacidades diferentes, tanto en lucha como en forma cobrando muchas veces pero siempre sonriendo y positivo fue creciendo en la actividad. Por esa época se comenzaba a competir en salto en alto con patada de frente pero no con el reglamento actual, solo había que alcanzar el objetivo y no importaba después, ósea la caída. En los días de práctica de esta especialidad era común ver a Gabriel saltando y cayendo de espalda pero casi como impulsado por una fuerza diferente, tomar aire y volver a intentarlo aun cuando muchos se habían rendido.
Paralelamente con su crecimiento en Taekwon-do y obviamente impulsado por su familia Gabriel fue consiguiendo desarrollarse en el plano laboral ocupándose de tareas rurales como hacer el tambo y la guachera (cría de terneros) lo que le fue dando independencia económica y crecimiento, esto hizo que los viajes a dedo quedaran atrás y los días de practica Gabriel llegara a Ameghino en moto, lo personalmente me provocaba mucha preocupación, pero que el lo tomaba con mucha alegría y después de recuperarse de la hipotermia y de sacarse todos los diarios que se ponía debajo de la ropa para frenar el frío estaba listo para una nueva práctica.
En la parte deportiva Gabriel, autorizado a competir por su entrega y entusiasmo por los dirigentes de la federación, logro varios puestos destacados pero mas allá de los resultados gano el reconocimiento de todos, cada vez que salía a pelear todos los presentes coreaban su nombre, siempre recibía alguna que después contaba con mucha gracia, todos los que compartimos la practica con el no podemos olvidar muchas de las anécdotas y descripciones de su visión de las peleas, logro desarrollar la particular condición de complicarle la pelea a cualquiera, dueño de una mano adelantada letal que hasta muchas veces le permitía meter la “Boba” (así nombraba a su mano izquierda)y un giro talón peligrosísimo con el que logro sorprender a muchos competidores sobre todo integrando el equipo de la Escuela en las primeras Copas Ameghino.
En el año 2008 Gabriel fue parte de la delegación que viajo a Corea del Sur a participar del Corea Asían open and Tradicional Taekwondo Festival podríamos decir el punto más alto de su experiencia deportiva ahí se enfrento de igual a igual con oponentes de gran nivel, pero el viaje en sí, fue una de sus experiencias más enriquecedoras, a pesar de ser derrotado en la contienda fue ovacionado por todos los presentes y requerido por la prensa y los espectadores con los que no paro de sacarse fotos, paso de ser un desconocido con una historia desconocida en Argentina a ser un príncipe en Corea del Sur cuna del Taekwon-do.
Todos los que compartimos el viaje con el aprendimos muchísimo de su espíritu guerrero. Después de ver a Gabriel entrenar a nadie del grupo se le ocurría decir me duela acá o estoy cansado. Sin habérselo propuesto, solo entrenado con entrega y superación Gabriel Scott se convirtió en un referente un ejemplo y estandarte de nuestra escuela, se gano el respeto la admiración y el cariño de todos.
Hoy ostenta la categoría de 5 Dan, grado otorgado por el Federación Internacional de Taekwondo y sigue entrenando regularmente todas las semanas y colabora en la escuela que hoy tiene la localidad de Bunge, si bien hace un tiempo que no compite por algunos problemas de salud, la realización de campeonato mundial en Argentina 2018 renovó el desafío y hoy se encuentra preparando su participación en este que sin duda será un evento histórico que podría marcar su retiro de la competencia y donde competiría por primera vez en un sistema de Taekwon-do adaptado.